Resumen: La identidad de género es saber a qué sexo se pertenece, es decir, reconocerse como niño, niña, varón, hembra, lo que involucra precisar los aspectos comunes y diferentes en relación con la anatomía y la fisiología, así como con el comportamiento esperado en función de las normas y pautas sociales
De allí que la identidad de género, se logre gradualmente a través del proceso de socialización y conocimiento del cuerpo, mediante diversas manifestaciones que toman el carácter de juegos a través de los cuales niños y niñas, imitan los roles de los adultos que los/las rodean e incorporan en su vestimenta objetos y accesorios, tales como collares, corbatas, lazos, sombreros, que definen aún su identidad.
Los padres y otros adultos significativos y posteriormente los maestros, generalmente sin darse cuenta, juegan un papel determinante en este proceso; por una parte son los primeros modelos a imitar y además son los responsables de colocarle su nombre, seleccionar los colores de su ropa, juguetes y accesorios y de dictar las pautas de comportamiento social que reafirmarán permanentemente su identidad de género; así mismo, son ellos los testigos de las investigaciones, exploraciones y observaciones que sobre el tema, el entorno, su cuerpo y el de otros hacen los niños y las niñas; son además la fuente más confiable de explicación de aquellos hechos que no logran entender.
Sin embargo, debemos estar conscientes de que algunos adultos relatan sentirse incómodos cuando deben abordar estos temas y no saben cómo manejarlos; se enojan, regañan, castigan, prohíben la amistad y se enfrascan en buscar culpables y víctimas, pues aún hoy persiste la creencia de que los niños y las niñas son incapaces de tener interese, emociones o comportamientos en común. |