Resumen: Contemplar los conflictos como una ocasión de crecer y formarse. En los niveles obligatorios de enseñanza, las tareas escolares siempre provocaran lógicas resistencias en algunos estudiantes con escasos interés académicos. Como en cualquier actividad forzada, la colisión de intereses acaba por provocar conflictos: para los alumnos que no ven interés ni utilidad en las actividades escolares, la obligatoriedad de las mismas se les puede hacer insoportable.
El esfuerzo del profesor por hacer atractiva y útil la materia puede maquillar el carácter obligatorio del trabajo escolar hasta convertirlo en algo deseable, pero, no obstante, es muy probable que siempre quede un reducto de problemas de conducta sin resolver mediante estas estrategias de tipo institucional.
Se hace por lo tanto necesario que el profesor se forme en la adquisición de estrategias para afrontar las diferentes situaciones conflictivas que le van a acompañar, en mayor o menor medida, durante toda su carrera de docente. El conflicto puede ser una magnífica oportunidad para resolver de forma creativa y formativa un problema mediante el esfuerzo conjunto del profesor y los alumnos pues la consecución de una solución satisfactoria genera efectos gratificantes para todos: mejora la satisfacción del profesor y ayuda al alumno a crecer en su desarrollo moral y personal.
2017 |